Todo es actitud

Dos obreros cavaban una zanja para los cimientos de la catedral de Tarragona. Uno se lamentaba amargamente por la penosidad del trabajo mientras el otro sonreía y no dejaba de canturrear. El maestro de obras se acercó movido por la curiosidad y le preguntó al que se quejaba:
—Dime, ¿qué te ocurre, por qué te lamentas?
—¿Acaso ignoráis, maese, la dureza de mi trabajo y cuán ingrato resulta?
El maestro asintió con la cabeza y seguidamente le preguntó al otro peón:
—Entonces, ¿tú de qué te alegras?
—¿Acaso olvidáis, maese, que estamos construyendo una catedral? ¡Una catedral!
El maestro de obras sonrió. Meditó un momento sus palabras y le respondió:
—Ven a verme mañana, tú serás el nuevo capataz.

2/7/2015

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