Melancolía

Bebería en un suspiro
una copa de veneno
si aliviase mi castigo
por echarte de menos.
Mas sé que aun muerto,
esta pena que maldigo
me arrastrará consigo
hasta el mismo infierno.
No, no descanso vivo,
ni he de hacerlo muerto:
el dolor es mi presidio;
mi condena, tu recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario